jueves, 1 de abril de 2010

El START-azo



Una semana exitosa acaba de tener el presidente Obama, al apuntarse no sólo el histórico logro de obtener en el Congreso norteamericano la aprobación de la reforma sanitaria (aún a pesar de la airada reacción republicana a nivel estadual), sino al perfeccionar con los rusos un nuevo acuerdo sobre reducción de armas estratégicas, que a pesar de sus limitaciones, contribuye significativamente a reactivar el proceso de desarme, estancado desde 2002; y que, si bien no afecta sustancialmente la capacidad nuclear actual de las partes, constituye un paso obligado en el largo camino hacia la desnuclearización mundial a la que aspira.

En efecto, el impacto del nuevo tratado no puede subestimarse. Por un lado, porque implica en la práctica el relanzamiento (evocado por Hillary Clinton en su primera oficial a Moscú) de las relaciones ruso-norteamericanas, deterioradas como tantas otras cosas bajo la administración Bush II. Y también, porque contribuye a reforzar el régimen internacional nuclear que desafían, hoy por hoy, Teherán y Pyongyang, y del que están al margen India, Israel y Paquistán. Puede que incluso estimule la creatividad y la buena voluntad de los negociadores en la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación en mayo próximo, de forma tal que algo se avance en la necesaria adecuación de las reglas establecidas en 1968 al turbulento escenario del siglo XXI.

Tal vez el nuevo START no sea, a diferencia de la reforma sanitaria, a big fucking deal. Pero es un trato; y es posible quizás que en verdad, no solamente de nombre, represente un nuevo comienzo. +++

No hay comentarios: