martes, 6 de abril de 2010

Lecciones suicidas



Los recientes atentados terroristas perpetrados en Moscú y sus réplicas casi inmediatas reiteran varias lecciones que líderes políticos, estrategas y operadores de seguridad deberían haber aprendido hace tiempo, y que no pueden seguir ignorando, si realmente aspiran a tener éxito en la lucha global contra el terrorismo:

(1) Las respuestas puramente militares son insuficientes, y a veces, contraproducentes, tal como lo demuestran la experiencia norteamericana en Afganistán y la rusa en Chechenia. El del terrorismo, a pesar de la tendencia que tienen sus manifestaciones contemporáneas a adoptar una lógica de guerra, no es en esencia un problema militar.

(2) Existen varios tipos de terroristas suicidas: algunos están impulsados por el fanatismo religioso, otros por el nacionalismo radical, otros son forzados y explotados por sus comunidades y por los grupos terroristas que operan en ellas, y otros, finalmente, actúan motivados por una pulsión personal de venganza. Cada tipo representa un problema distinto y exige una estrategia de contención específica.

(3) El terrorismo contemporáneo es un fenómeno complejo e interconectado, de raíces profundas y larga duración. Lo ocurrido tiene que ver con la represión sovieto-comunista en Asia Central, la invasión a Afganistán en 1979, la respuesta manu militari al separatismo checheno, y la anúteba universal de Al Qaeda, tanto como con la ira de las viudas negras, la radicalización de los jóvenes en el Cáucaso y la vulnerabilidad del metro moscovita.

El catálogo es largo. Pero para empezar, una reflexión sobre estas tres le haría mucho bien a los rusos, antes de que se repitan los errores del pasado. +++

1 comentario:

Julián dijo...

A mi me parece interesantísimo el papel de las mujeres.