sábado, 21 de febrero de 2009

Las entrelíneas del referendo


(Escrito originalmente el 15 de febrero de 2009)

Al escribir esta columna no se conocen aún los resultados del referendo celebrado en Venezuela para “enmendar” la Constitución a fin de destrabar jurídicamente la pretensión del presidente Chávez de atornillarse a su silla en Miraflores ad perpetuam rei memoriam.  (Porque del resto, ya sin ataduras constitucionales, se encargarán por mitades sus áulicos y sus esbirros, para que él, ya septuagenario, pueda celebrar en el poder el bicentenario de Ayacucho).

Mientras concluye el escrutinio, vale la pena preguntarse algunas cosas que quizá ayuden a desentrañar el sentido del galimatías que los venezolanos han tenido que resolver en las urnas.  Pues es en las entrelíneas del referendo, y no en su ominosa redacción, donde radica lo crucial de esta jornada.

¿En qué facultad estudiaron los magistrados del Supremo que concluyeron que el principio de alternabilidad no es esencial para la democracia? ¿Votaron libremente los venezolanos, advertidos como estaban de que con Chávez derrotado “habrá guerra en Venezuela”? ¿Seguirán reflejando los resultados esa incipiente polarización —ya notoria en los últimos comicios regionales— entre el país urbano y aceleradamente desindustrializado y el país rural y agrario? ¿Cómo los asumirán, de paso, los que estando con la revolución bolivariana recelan del chavismo? ¿Y de qué humor va a amanecer mañana el Comandante, a quien victorioso y eufórico, o vencido y energúmeno, le quedan aún cuatro años de gobierno por delante?.

Lo de menos, es el resultado:  malo si sí, malo si no.  Lo de más es el futuro, que fácilmente se intuye agitado y tormentoso.  +++

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