domingo, 31 de agosto de 2008

Una Europa achacosa


En tan sólo siete años la tasa de mortalidad superará la de natalidad en el conjunto de la Unión europea.  Eso marcará un punto de inflexión en su historial demográfico y señalará la entrada de Europa en la “tercera edad”, a medida que se eleva la esperanza de vida, disminuye el número de nacimientos y se estrecha la proporción entre población económicamente activa y población jubilada.  Tal es la conclusión contundente del último informe de Eurostat, la agencia europea de información estadística, sobre las tendencias demográficas del continente:  la Europa del futuro será una Europa envejecida.

Y la vejez, como dicen los que saben, no viene sola.  La Europa del futuro será también achacosa.  El engrosamiento de la población mayor dejará sentir su impacto no sólo en los sistemas de seguridad social, sobrecargados por una creciente demanda (tanto en salud como en pensiones) difícil de financiar con base en los esquemas actuales.  La mayor exigencia de recursos en estos rubros afectará a su vez otros renglones del gasto y la inversión social, como la educación, que podrían dejar de ser prioritarios para un electorado conformado mayoritariamente por adultos sin hijos y ancianos.  Por otro lado, una reducción de la oferta de trabajo podría presionar los salarios al alza, y por esa vía, afectar el dinamismo de la economía.

No hay panacea para tanto achaque.  La inmigración quizá pueda amortiguarlos, al menos temporalmente.  Pero la inmigración implica también algunos riesgos que está por verse si Europa está dispuesta a correr.   +++

9 comentarios:

Gabriel Ramirez dijo...

El problema es que los europeos odian a los inmigrantes tanto como los necesitan. La vejez es terca y con ella vienen los achaques, como pensar que el mundo aún gira en torno a ellos. La salvación de Europa parece estar en su extinción.

Julián Pallares Navas dijo...

Más tarde que temprano, los europeos tendrán que aceptar algunos inmigrantes, el problema será decidir entre tantos, cuáles y cuántos. Además, esto no es más grave en Rusia luego de la caída de la URSS?

Anónimo dijo...

para nadie es un secreto que europa es dificil aceptar que su solucion vayan a ser imigrantes para su inevitable caida y mucho menos iran a aceptar sin los imigrantes son latinos

Anónimo dijo...

Pero de cuál Europa estamos hablando Dr. Molano? Evidentemente si nos atenemos a la que tenemos al frente podemos entender y coincidir en estos achaques propios de la vejez. Pero pienso en la Europa que tenemos por delante, esa que va ampliándose, creciendo (Turquia, les guste a algunos o no será parte de Europa), la vieja Europa, ya no será la misma, digamos en una generación más.
Mery Castillo-Amigo

Juan Sebastián Leiva dijo...

Esté o no dispuesta Europa a "pagar el precio" es algo que tendrá que aceptar en últimas.

No es la primera vez que se dan éste tipo de procesos y son (a mi parecer) inevitables. Lo que no han pensado -o no quieren aceptar- es que el contacto o la "mezcla" de varias culturas enriquece a los pueblos.

Ha pasado con las naciones, las religiones, la música y el arte. Entre muchos otros.

Anónimo dijo...

De acuerdo con Mery: hay más de una Europa. Empero, también estoy de acuerdo contigo: Europa Occidental, Occidente mismo, es un viejito de 85 años pensando qué va a hacer a los 90...

Gabriel Ramirez dijo...

Lo que pasa es que, pertenezca o no Turquía a la Unión Europea, ellos siempre van a ser vistos como los inmigrantes, los advenedizos. Habrá una línea clara entre la Europa vetusta y la nueva Europa... y no les costará mucho reconocerse

Andrés MOLANO-ROJAS dijo...

Parece que esta entrada ha suscitado cierto debate...

De acuerdo, hay que distinguir entre muchas Europas (no sólo entre "nueva" y "vieja" Europa). El informe de hecho contrasta las proyecciones negativas de Alemania o Francia con el crecimiento de la población que podría producirse en Luxemburgo o Malta, por ejemplo, y aún en algunos países del Este. Habría que pensar también, por ejemplo, que las cifras nacionales no reflejan la realidad de algunos segmentos específicos: por ejemplo, la dinámica demográfica de los turcos en Alemania es contraria a la de la población de origen germano.

Al final, según me imagino los días de mayor pesimismo, la cosa será como en 476: los bárbaros habrán llegado desde mucho antes, desde antes que, como dice Kavafis, nos pusiéramos a esperarlos. Y lo más curioso de todo es que los bárbaros serán en realidad "neo": tal como los góticos acabaron siendo románicos...

Anónimo dijo...

Concuerdo en parte con los comentaristas y con usted Dr. Molano. Creo que hay que ver esto en terminos de proceso, que por supuesto no se definirá en las próximas generaciones. La necesidad de "abrirse", esta implicito en este proceso europeo, y por supuesto eso traerá de todo, entre otras cosas la exacerbación de todos los temores que se tienen ante el "otro", los nacionalismos e independentismos que ya estamos viendo; pero como bien dice, no será ni la primera ni la última vez que eso pase en la historia. Es más, creo que este temor no es ni siquiera una generalidad en esta vieja Europa. Yo no estaría tan pesimista, creo que los bárbaros, incluso para Kavafis, ponen a prueba, cuestionan las certidumbres, y obligan a repensarse; y Europa, sino Occidente, ha sabido salir victoriosa en otros momentos.
Mery Castillo-Amigo